¿Cómo podemos obtener lo mejor de nuestros jefes? ¿Cómo podemos detectar las diferencias y apalancarnos con ellas?. No se trata de manipulación ni obsecuencia. Se trata de sinergizar, de reconocer que tenemos puntos de vista y maneras diferentes de encarar nuestras tareas diarias, y así lograr resultados ganar-ganar que beneficien no sólo a ambas partes sino a la organización en su conjunto. Gestionar a nuestros jefes nos permite acceder abiertamente a ellos y obtener mayores recursos. A través del entendimiento mutuo se construye una relación saludable, basada en el respeto y en el reconocimiento de nuestras fortalezas y debilidades.
"La reunión de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay reacción, ambas se transforman." Carl Jung
Está claro que una relación débil u hostil con los jefes nos lleva a problemas de comunicación, a malos entendidos, a conflicto de intereses y a un incumplimiento de metas y objetivos. Todos salimos perdiendo.
Cómo construimos una relación positiva con nuestro jefe
El primer paso para construir o recuperar la relación con nuestro jefe es reconocer que existe una diferencia de poder. En pocas palabras: tu jefe puede despedirte, pero tú no puedes despedirlo a él. Cuando existe una mala relación, las personas suelen tomar dos caminos bien definidos:
- Ser contradependientes: Reaccionamos ante todo de manera negativa, buscando siempre la discusión y el disenso.
- Ser dependientes: Nos volvemos completamente dóciles y sumisos, acatando toda orden, aún sabiendo que es incorrecta.
Más allá de la diferencia de poder, podemos comenzar a pensar la relación como una sociedad en donde existen objetivos compartidos y expectativas mutuas bien claras. Aquí pueden ayudarnos las siguientes acciones:
- Utiliza el tiempo del jefe en asuntos realmente importantes, sobre temas alineados con los objetivos.
- Evita las interrupciones permanentes.
- Anticípate a problemas potenciales que puedan existir, antes de que se desate una crisis. Ve con, al menos, una propuesta. Trabajen juntos y sinérgicamente para solucionarlo.
- Bríndele la información importante a su jefe de la manera en que él mejor la interpreta y aprovecha.
- Sé honesto y transparente.
La empatía es uno de los principales secretos. Tenemos que lograr entender cómo piensa nuestro jefe, identificar sus fortalezas y debilidades, sus intereses personales y su estilo preferido de trabajo. Sé claro y pregúntale abiertamente por sus expectativas. También observa inteligentemente cómo interactúa contigo y con los demás.
5 preguntas fundamentales para entender a nuestro jefe
Existen cinco preguntas básicas que nos ayudan a conocer en detalle el estilo de trabajo de nuestro jefe, permitiéndonos replantear la forma de llevar adelante nuestras tareas:
- ¿Tu jefe prefiere un enfoque formal y organizado? Planifica las reuniones y los temas a tratar.
- ¿Se pone impaciente o distraido si te desvías del tema que están tratando? Evita las disgresiones y las conversaciones informales.
- ¿Cuál es la mejor forma en que tu jefe procesa la información? Entrégala de esa forma, ya sea por escrito o personalmente, por mail o impresa.
- ¿Cuál es su estilo para tomar decisiones? Sí le gusta involucrarse mantente comunicado permanentemente con él, si prefiere delegar sólo comunícale los cambios significativos y maneja los detalles tú mismo.
- ¿Cómo maneja el conflicto? Si el conflicto lo motiva, prepárate para un intercambio fluido e intenso de información con él. Si tiende a minimizar el conflicto, respételo, pero no caigas en la trampa de transmitir sólo lo bueno.
Ahora trata de entenderte a ti mismo. Hazte las mismas preguntas que te hiciste con tu jefe. Tú eres el 50% de la relación. Cambia tu enfoque todo lo que sea posible, ya que podrás hacer más al respecto de tu manera de ver las cosas que sobre la de tu jefe.
¿Qué espera tu jefe de ti?
Todo jefe, más allá de su estilo, tiene expectativas definidas sobre nosotros. En general, nuestro jefe esperará que:
- Propongamos ideas. No temas a ser creativo o incoherente.
- Nos involucremos en las dificultades de nuestro equipo. Interviene si existen problemas interpersonales o incumplimientos. Transmítele en persona la situación a tu jefe.
- Colaboremos con nuestros pares. Supera las diferencias con ellos, también empáticamente.
- Lideremos iniciativas. Participa en ideas nuevas.
- Desarrollemos a nuestros subordinados. Trabaja activamente sobre tus expectativas y la de la gente a nuestro cargo.
- Estemos actualizados. Mantente al tanto de lo que pasa en el mundo, con los clientes, con el mercado y el impacto que ésto puede tener en la organización.
- Impulsemos nuestro propio crecimiento. La necesidad de formación y la búsqueda permanente de crecimiento profesional nos darán credibilidad.
- Seamos un 'jugador a todo evento'. Demuestra una actitud positiva, aún en situaciones difíciles.
¿Cómo comunicarnos eficazmente con nuestro jefe?
Comunicarnos eficazmente con nuestro jefe nos permite construir una relación laboral positiva. Para esto debemos comenzar entendiendo el estilo de comunicación que él prefiere: ¿es oyente o lector? ¿prefiere noticias buenas a malas o está abierto a todo?.
Es importante tener en claro que los 'oyentes' prefieren que le brindes la información verbalmente, cara a cara. Los lectores, en cambio, reciben mejor la información de manera escrita. Adáptate en lo posible a esta preferencia. Cualquiera sea la forma elegida, debemos transmitir toda la información, aunque nuestro jefe trate de desviar o minimizar las malas noticias.
Cuando la comunicación es eficaz podemos lograr mayor productividad. Siendo honestos y claros podemos solicitar mayores recursos, ya sea personal, mejoras en nuestro lugar de trabajo, o presupuesto.
Al hablar de plazos, sé concreto. No des lugares a ambigüedades o subjetividades. Evita los 'tan pronto como sea posible'. Transmítele a tu jefe tus metas y objetivos. Déjale en claro que conoces los suyos y que buscas que ambos trabajen hacia el beneficio mutuo.
Cuando plantees problemas u oportunidades, descríbelo de manera ordenada y clara. Presenta tu punto de vista, propone posibles soluciones o enfoques, y hazte cargo de los resultados en caso de implementarlos.
Cuando estés en desacuerdo con él, piensa cómo aprovecharlo constructivamente. Plantea pequeños cambios positivos basados en tu postura, y no sólo objeciones.
La ecuación de la credibilidad
La credibilidad es la base de la negociación con tu jefe y de la influencia positiva que puedas ejercer sobre él. Puede resumirse a través de la siguiente ecuación:
CREDIBILIDAD = CONFIANZA + EXPERTICIA
Mientras más confianza ganes y experticia acumules, más creíble serás para tu jefe. La confianza se construye a través de la sinceridad y la franqueza. La experticia es tu grado de conocimiento sobre el tema o problema tratado.
Por último, para consolidar la relación, es importante que uses correctamente las palabras 'yo', 'usted' y 'nosotros' con tu jefe. Esto te permitirá ser claro en tu postura, transmitir que comprendes la suya y hablar de las expectativas y metas comunes.
Bibliografía recomendada
Katie Carlone, Linda A. Hill. "Managing Up".Harvard Business Press (2010)
John P. Kotter, John J. Gabarro. "Administre a su jefe". Harvard Business Review (Enero 2005)